Por: ÁLVARO GARCÍA HERNÁNDEZ •

La protección de nuestra niñez y adolescencia constituye una tarea que va más allá de una encomienda institucional que puede tener una fecha de caducidad. Es un compromiso de vida con sentido humano, es una labor incansable por consolidar entornos armónicos para la niñez y la adolescencia. Lamentablemente muchas niñas, niños y adolescentes han visto quebrados sus sueños por eventos de violencia que los laceran física y emocionalmente y que muchas veces, se cometen por los mismos integrantes de su familia o por aquellos individuos en los que más confían; así la niñez y la adolescencia de nuestro país, sortean entre la soledad y la desesperanza, mucha omisión de cuidados otros más, son presa fácil de bestias voraces disfrazadas de amistades y parentescos af

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