La "policía aérea" de la Alianza Atlántica está más activa que nunca. Sus radares no descansan ante la posible aparición de aeronaves que pongan en riesgo el espacio aéreo europeo o lo crucen sin permiso. Esta tensión entre la OTAN y Rusia no se producía desde hace décadas, con la Guerra Fría .

El último incidente ha ocurrido en el mar Báltico, cuando un avión militar ruso irrumpió en el espacio aéreo bajo control aliado. En pocos minutos, dos cazas Eurofighter de la Fuerza Aérea alemana lo interceptaron. Pero no queda aquí, porque estas incursiones suceden muy a menudo.

Para estos movimientos sospechosos la OTAN dispone de un sistema de interceptación aérea que se divide en cinco fases: detección por radar, despegue inmediato de los cazas asignados, aproximación al avión intru

See Full Page