Las imágenes de una joven lanzando insultos racistas a bordo de un bus del Metropolitano circularon con rapidez en redes sociales, generando un inmediato repudio social.
La actitud de Alejandra Argumedo desató un debate sobre la persistencia de la discriminación en espacios públicos y la necesidad de sanciones firmes que eviten la normalización de este tipo de expresiones.
Usuarios de distintas plataformas exigieron castigos ejemplares y recordaron que la violencia verbal también es una forma de agresión.
Desde el sector cultural, la empresa Norky's se sumó al rechazo y aclaró que la joven no tiene vínculo laboral con su negocio, marcando distancia frente a lo ocurrido.
Fiscalía y Ministerio de Cultura intervienen en el caso
La polémica escaló a nivel institucional cuando la Pr