Entre muy pocas buenas noticias -esporádicas y circunstanciales-, la educación en la Argentina transcurre con más asignaturas pendientes que materias aprobadas. Aunque su importancia es reconocida unánimemente, hace falta aún que esta valoración se exprese en la dedicación de más recursos y esfuerzos para mejorar el sistema educativo en todos sus niveles.

Las deudas no nacieron ayer ni son exclusivas de nuestro país; vienen del siglo pasado y recorren toda Latinoamérica. Hace 25 años, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) -que depende de Naciones Unidas-, advirtió que para superar la pobreza los gobiernos de la región debían garantizar un mínimo de entre 10 y 12 años de educación obligatoria a sus habitantes. Y para lograr eso, deberían aumentar de un 1 a un 2 por

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