Como en el carnaval uruguayo, como cada vez que se presenta una murga, como parte de un ritual indestructible, el final de la actuación de Agarrate Catalina el miércoles a la noche en San Luis fue entre el público, primero en el hall del Cine Teatro San Luis y después en la explanada. Mientras parte de la gente siguió el ritmo de la batería, otra hizo largas filas para una foto con los hermanos Tabaré y Yamandú Cardozo.
“Gracias por el compromiso social”, le dijo a Yamandú una mujer acompañada de su marido mientras esperaba el momento de la selfie, con un Iphone en mano. De esas contradicciones –en el caso de que lo sean- se alimenta de modo constante el mensaje de la agrupación uruguaya, que es parte de la costumbre de la fiesta montevideana como difusora, defensora y protagonista.
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