Uvalde, Texas CNN —
Cuando la maestra Amy Marín-Franco vio que una camioneta se estrellaba en una zanja afuera de su escuela, lo primero que pensó fue ir a buscar ayuda.
Cuando un joven salió de la camioneta con un arma, ella giró abruptamente: todavía quería buscar ayuda, pero ahora era para proteger a los niños y al personal dentro de su escuela.
“No fui una cobarde”, le dijo a CNN.
Pero por lo que dijo la policía, se convirtió en algo peor: alguien que no había seguido el protocolo y que, sin querer, ayudó a un adolescente asesino a ingresar a una escuela primaria donde mató a 19 niños y a dos maestros en lo que resultó ser el tiroteo escolar más mortífero en una década.
Excepto que no era cierto. Un monumento en memoria de las víctimas de la masacre en la Escuela Primaria R