CIUDAD DE MÉXICO — La misa en la Iglesia de Jesús Nazareno rara vez atrae a suficientes feligreses como para llenar más de unas pocas bancas.
La basura se acumula afuera bajo los vitrales rotos.
Las personas sin hogar del casco antiguo de la Ciudad de México realizan sus necesidades fisiológicas a la sombra.
Podría ser cualquier iglesia abandonada de esta vasta metrópolis, salvo por un pequeño cartel en la pared frontal que dice:
“En este templo descansan los restos del conquistador Hernán Cortés , fallecido en 1547”.
Cortés derrocó al Imperio Azteca hace cinco siglos, sentando un precedente para las conquistas europeas y cambiando el curso de la historia.
El reverendo Efraín Trejo, junto al muro que contiene la tumba de Cortés. Foto Luis Antonio Rojas para The New York Times.
Per