Mucha expectación en el Festival de San Sebastián para ver Maldita suerte , la nueva película de Edward Berger tras las exitosas y reconocidas Cónclave y Sin novedad en el frente . También sobre todo por la presencia de su protagonista, el actor irlandés Colin Farrell, sometido a un tour de forc e como ludópata sin alma en la ciudad china de Macao, una de las capitales mundiales del juego.

Y, sin embargo, las primeras reacciones son de frialdad ante la apuesta operística, enfática y deslavazada de Berger, que fía la película a la creación de una atmósfera alucinada que envuelva la pérdida de contacto con la realidad su protagonista, pero no fascina en ningún momento.

Farrell interpreta a Lord Doyle, un presunto aristócrata inglés (jugando con ironía con el militante orige

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