La petrolera británica BP (British Petroleum) actualizó su informe energético y anunció que el pico de demanda global de petróleo se produciría recién hacia el año 2030, en contraste con estimaciones anteriores que lo situaban a mediados de la década de 2020. Este ajuste refleja la combinación de una transición energética más lenta, el crecimiento sostenido de economías emergentes y la resiliencia de los combustibles fósiles en sectores como el transporte y la industria. La revisión genera debates sobre los compromisos climáticos, la seguridad energética y el papel de las renovables en el futuro inmediato.

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