El jueves 25 de septiembre, en la Caja de Acción Social, se llevó adelante una nueva edición del sorteo del Instituto Provincial de la Vivienda (IPV). Desde muy temprano, decenas de personas se acercaron con la ilusión de conocer si finalmente serían adjudicatarias de una casa, tras años de espera y sacrificio. La jornada estuvo marcada por la mezcla de nervios, esperanza y fe, en un escenario donde cada número extraído podía cambiarle la vida a una familia.
Entre las asistentes se encontraba Catherine, vecina de Pocito, quien explicó a DIARIO HUARPE con serenidad el largo camino recorrido. “Hace siete años que estoy inscripta, desde el nacimiento de mi hija mayor. Hoy vivimos de prestado y se hace cada vez más incómodo, porque las niñas están creciendo y necesitan un espacio propio. Po