El anticipado fin de las retenciones cero a la soja y otros granos, que el Gobierno lanzó el lunes y se preveía rigiera hasta fines de octubre, reeditó una vieja disputa en el principal complejo exportador argentino: los productores vs. las cerealeras.

Cuando ARCA anunció en la noche del miércoles que se habían completado, en apenas 3 días, los US$7000 millones que el Gobierno buscaba captar en cinco semanas para calmar el dólar, los productores de soja, maíz y otros granos expresaron su malestar y sus sospechas.

Es que para los ruralistas, la medida, con un costo fiscal en torno a US$1200 millones, puede haber sido “a medida” de los grandes exportadores.

Eso porque el decreto 682 estableció el esquema de retenciones cero regía sobre las declaraciones de venta al exterior

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