La irrupción del teletrabajo ha sido uno de los grandes cambios en la organización del mercado laboral en Europa, aunque ha cambiado su objetivo a medida que se restablecía la normalidad y las empresas volvían a sus oficinas. Ya no era una obligación impuesta por la COVID-19, sino un beneficio que aportaba flexibilidad horaria para la conciliación y, sobre todo, un arma eficaz para atraer y retener talento.

En este contexto de "beneficio laboral", la cuestión de si los trabajadores estarían dispuestos a sacrificar parte de su salario para mantener la opción de trabajar desde casa ha ganado relevancia entre empresas. El Banco Central Europeo (BCE) ha preguntado a los empleados europeos a qué porcentaje de salario estarían dispuestos a renunciar a cambio de mantener el teletrabajo. Su

See Full Page