En el Salón de Cabildos del Palacio Municipal, con el peso simbólico de la sede donde se toman las decisiones de la ciudad, Enrique Galindo Ceballos recibe a Pulso en la antesala de su informe. Presume la escenografía como parte de la identidad de su gobierno y, antes de entrar en materia, rompe el protocolo con un gesto sencillo: preguntar si ya se ofreció café.

De ahí en adelante, las respuestas combinan números, anécdotas y definiciones políticas. Reconoce que la seguridad sigue siendo el gran pendiente, presume que la capital resistió sin crisis social la más reciente falla del Realito, defiende que no ha otorgado permisos nuevos al comercio ambulante y, al final, no titubea en soltar la frase que marca su horizonte: "Claro que quiero ser gobernador".

Seguridad y orden

¡Sigue nuestr

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