El esqueleto humano, lejos de ser una estructura estática, responde a un ritmo secreto dictado por el reloj biológico que llevamos dentro. Como si se tratara de una orquesta invisible, las células óseas siguen la batuta de los ritmos circadianos, deshaciendo piezas antiguas y dando paso a nuevas notas de hueso. Un reciente estudio de científicos británicos desvela cómo el ciclo interno del sueño actúa como director de esta sinfonía ósea, guiando el delicado equilibrio entre descomposición y renovación.
La relación entre el sueño y la salud ósea ha adquirido un nuevo enfoque tras la publicación de un estudio en Scientific Reports que demuestra cómo el reloj biológico interno regula la descomposición de los huesos , un proceso fundamental en la prevención de la osteoporo