En el barrio todos los vecinos sabían que la casa de Avellaneda y Quintana de Guaymallén era literalmente un "aguantadero". Esa vivienda había sido usurpada hace un par de años por una banda que se dedicaba a robar y era el búnker elegido para guardar los botines que conseguían en sus asaltos. Después de meses de investigar y tras dar con los dueños, el intendente Marcos Calvente y la ministra de Seguridad, Mercedes Rus avanzaron con su demolición.
“Con el Ministerio de Seguridad logramos desarticular a esa banda que funcionaba en este predio usurpado, sacar las personas que lo estaban habitando y avanzar con los actos administrativos y legales para poder llegar a esta instancia de demoleresta infraestructura que usaba esta banda para realizar hechos delictivos” resumió Calvente