El anuncio a un medio extranjero por parte del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, de su intención firme de presentarse como candidato socialista a las elecciones generales de 2027 no sorprenderá demasiado a quienes, en el seno del PSOE, saben de la extrema dificultad de armar una candidatura alternativa a la del actual secretario general del partido que pudiera recuperar los apoyos perdidos. El mismo hecho de que el propio Sánchez se refiera al objetivo de mantener «la actual mayoría parlamentaria», es decir, la que suma con los partidos nacionalistas y de extrema izquierda de la Cámara, indica que no alberga muchas esperanzas de que el PSOE remonte por sí mismo, al menos, lo suficiente, aunque sea por la mínima, para superar al Partido Popular, ganador claro de los últimos comicios c
Un partido atado a un solo hombre

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