Joan Laporta es impulsivo y visceral. Hansi Flick es tranquilo y comedido . El mismo día que el presidente estaba que trinaba con el Ayuntamiento de Barcelona por los permisos del Camp Nou , el técnico alemán solventó un partido que comenzó con susto y acabó bien. En tiempos de crispación en los despachos, el Barça se agarra al sentido común de su entrenador y al talento de sus futbolistas para soñar con un año histórico.

El Barça se destensó en Oviedo , pero respondió bien en la segunda parte. Dos defensas, Éric y Araujo, y el gran goleador, Lewandowski , remontaron un partido que comenzó con síntomas de ansiedad y acabó mucho mejor , sin grandes sobresaltos.

La licencia

Llegó a tiempo el Barça en Oviedo. Laporta, en cambio, siempre llega tarde con el Camp Nou. No hay m

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