Las flores amarillas son un símbolo universal de luz, calidez y esperanza. En la filosofía del Feng Shui , este color está vinculado con la alegría, la abundancia y la claridad mental, por lo que incorporarlas en la decoración puede tener un impacto directo en el ambiente del hogar.
Más allá de su belleza, lo importante es la ubicación. Según esta disciplina milenaria, cada sector de la casa representa un área de la vida, y colocar allí determinados elementos puede potenciar aspectos como la salud, las relaciones o la prosperidad.
En este caso, las flores amarillas funcionan como un activador de energía optimista. Saber dónde ubicarlas es clave para que cumplan su función. No basta con tener un ramo en cualquier rincón: su posición estratégica dentro del hogar marca la diferencia e