Avilés vive desde ayer jueves cuatro días cargados de poesía y literatura con la quinta edición del festival Fifty-Fifty, una propuesta que supera su primer lustro con más ilusión que el primer día y ganas de seguir ocupando un espacio en la agenda de los avilesinos.

Buen ejemplo de ello es la exposición de Manu Carranza. El fotógrafo oficial de la cita cuelga 24 fotografías en el vestíbulo del auditorio en la Casa Municipal de Cultura y otras 64 en la Factoría Cultural. Los emplazamientos son, a la vez, las dos ubicaciones centrales para el Fifty-Fifty. El auditorio ha venido albergando sus memorables conciertos mientras que la Factoría, además de los recitales de poesía, acoge los conciertos en un formato más íntimo, propio de un club de jazz.

Desde la primera edición del festival, Man

See Full Page