A las nueve y media de la noche del viernes, Morena Verri, Brenda del Castillo y Lara Gutiérrez subieron a una camioneta blanca para ir a un evento para el que habían sido invitadas. Entonces, no sabían que unas horas antes un hombre había cavado un pozo en un jardín que serviría como fosa para enterrar sus cuerpos en la madrugada siguiente.

Las jóvenes —Morena y Brenda, de 20 años, y Lara, una de adolescente de 15— fueron encontradas cuatro días después en una vivienda en Florencio Varela, un municipio de la provincia de Buenos Aires unos 25 kilómetros al sur de la capital de Argentina. Eran buscadas desde el sábado por la noche cuando sus familiares presentaron la denuncia de su desaparición. Sus cuerpos tenían signos de tortura.

Los detalles los reveló el propio ministro de Seguridad

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