A veces, el fútbol escribe capítulos que parecen sacados de una novela. Y el último fin de semana, en Perú, uno de esos capítulos llevó la firma de un cordobés: Mateo Gutiérrez.

El delantero nacido en Río Cuarto, con apenas 24 años y un recorrido marcado por la lucha y el sacrificio, fue el autor del gol que significó la permanencia de Academia Deportiva Cantolao en la Liga 2.

Un derechazo que valió más que tres puntos: valió un desahogo, una celebración interminable y el orgullo de todo un club que se resistía a descender.

Su grito de gol ante Deportivo Llacuabamba fue mucho más que un festejo: fue la confirmación de un sueño. Llegado a mitad de año, en silencio y con humildad, Gutiérrez se ganó un lugar en el equipo y, en apenas siete partidos, dejó una huella imborrable, con tres tan

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