De la siempre inexcrutable chistera del Cholo Simeone salió el pasado miércoles un conejo inesperado: la nueva posición de Marcos Llorente. O quizás sería más correcto decir la posición multiusos de Marcos Llorente. El madrileño jugó como central, lateral, interior y extremo pero, sobre todo, se convirtió en un elemento indetectable para el Rayo. El más beneficiado fue, por supuesto Julián Álvarez , que no sólo debe agradecerle a Marcos el primer gol de la tarde, sino que además encontró gracias a sus movimientos los espacios de los que había carecido en los últimos encuentros.

El anuncio oficial de la alineación del Atlético parecía dejar claras las intenciones de Simeone: Nahuel Molina lateral derecho y Marcos Llorente extremo de la misma banda. Era lo lógico teniendo en cuenta

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