
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez , acumula ya 17 meses sin ofrecer una sola explicación de fondo sobre las actividades de su mujer, Begoña Gómez , que se encuentra a un paso de ser juzgada por un jurado popular por presuntos delitos de tráfico de influencias, corrupción en los negocios, apropiación indebida, intrusismo profesional y malversación .
Durante este tiempo, Sánchez ha comparecido en el Congreso, ha sido preguntado en ruedas de prensa —desde Madrid hasta Pekín—, ha escrito cartas a la ciudadanía y hasta se ha sentado en platós de televisión. Pero, como detalla una investigación de El Debate , sus respuestas han sido evasivas, incompletas o directamente inexistentes .
La primera carta: «profundamente enamorado»
El 24 de abril de 2024, tras la imputación de Gómez, Sánchez sorprendió al país con su primera carta pública , en la que anunciaba un periodo de reflexión de cinco días y se declaraba «profundamente enamorado». En lugar de aportar explicaciones sobre los contratos y recomendaciones firmadas por su esposa, se limitó a denunciar la existencia de una «máquina del fango» contra su familia.
Días después, el 29 de abril, aseguró en TVE que el caso estaba «finiquitado» y que confiaba en el archivo inmediato de las denuncias.
Entrevistas y comparecencias con evasivas
En los meses siguientes, Sánchez multiplicó sus apariciones, pero no ofreció detalles concretos:
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En mayo de 2024 , en La Sexta, restó importancia a las cartas de recomendación enviadas por Gómez en favor del empresario Carlos Barrabés, describiéndolas como simples «declaraciones de interés».
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El 22 de mayo acudió al Congreso, donde habló más de Palestina y Gibraltar que del caso de su esposa. Allí definió la «máquina del fango» como una red de pseudomedios y asociaciones «ultraderechistas» dedicadas —según él— a atacarle.
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En julio , cuando fue citado por el juez Juan Carlos Peinado como testigo, se acogió a su derecho a no declarar y, al salir, denunció al magistrado por prevaricación .
La “ley Begoña”
En enero de 2025, el PSOE registró en el Congreso una proposición de ley que restringía la acusación popular y limitaba la admisión de querellas basadas en informaciones periodísticas. La prensa bautizó esta iniciativa como “ley Begoña” , al interpretarla como un intento de blindar judicialmente al entorno del presidente.
El goteo de revelaciones judiciales
Pese a las evasivas de Sánchez, la instrucción judicial dirigida por el juez Peinado avanzó con paso firme:
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En noviembre de 2024 , la UCO investigó las cuentas de Gómez.
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En abril de 2025 , un informe reveló que había mediado en el rescate de Air Europa , conversación que salió a la luz en los mensajes entre Víctor de Aldama y Koldo García.
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En septiembre de 2025 , se confirmó que Gómez será juzgada por un tribunal popular , algo inusual en España pero con un dato inquietante para su defensa: casi un 90% de las condenas dictadas por jurados populares terminan siendo condenatorias.
Cero explicaciones, 17 meses después
A pesar de todo, Sánchez se mantiene en la misma posición que en abril de 2024: no reconocer el caso y acusar a la oposición y a la prensa crítica de fabricar bulos .
Incluso esta misma semana, desde Nueva York, donde asiste a la Asamblea de la ONU, volvió a cerrar filas: «La verdad es que mi hermano y mi mujer son inocentes».
La investigación de El Debate subraya un hecho clave: durante año y medio, el presidente ha sorteado preguntas y acusaciones sin aportar pruebas ni explicaciones detalladas que despejen las sospechas sobre el papel de su esposa en negocios privados favorecidos desde instituciones públicas.