«Lo que dirige el relato no es la voz, es el oído», escribió Italo Calvino. Ese estado de escucha para que germinen las palabras, como si las escu(l)piese el silencio, como si latiesen debajo de la tierra aguardando a que unas manos la remuevan, la siembren y la irriguen, requiere un espacio y tiempo de detenimiento.
Este principio es la semilla de La Reposera, un proyecto de residencias creativas para artistas de Canarias impulsado por la Fundación Canarina en el enclave rural de la Finca Tamaide, en el pueblo de San Miguel de Abona, en el sur de la isla de Tenerife. Este vergel que florece en un pequeño bosque termófilo aloja la antigua casa-taller del escritor e ilustrador alemán Horst Eckert, conocido por su seudónimo Janosch, donde residió durante más de 30 años junto a su mujer