Bloomberg Línea — En la Fórmula 1, la adrenalina y velocidad son pasión, pero también cifras astronómicas que han convertido al deporte motor en el más caro del mundo. Eso se debe a la peculiar mezcla de tecnología e innovación que se necesitan junto con las estrictas regulaciones presupuestarias.
Las cuantiosas cifras arrancan con los monoplaza, unos de los autos más exigentes, cuyo costo inicial en 2025 es de US$16 millones y puede elevarse hasta los US$20 millones dependiendo del equipo y la personalización a los que lo someten, según el medio BeInsports.
El costo de uno de estos bólidos contempla componentes vitales como el chasis, una de las partes más importantes realizada en materiales ligeros y de alta resistencia como fibra de carbón. “La unidad de potencia híbrida y la tra