El hallazgo de los cuerpos descuartizados el miércoles confirmó lo que las familias de las jóvenes venían denunciando desde el sábado, cuando advirtieron la desaparición de las chicas. La investigación se aceleró al detectarse el impacto de los teléfonos celulares en la vivienda ubicada en el cruce de las calles Río Jáchal y Chañar, en el barrio Mayol.
De acuerdo con la hipótesis que manejan los investigadores, la casa fue preparada para el crimen al menos 24 horas antes, bajo las órdenes de una organización narco que habría obligado a los dueños del lugar a acondicionarla para concretar el hecho.
El caso generó conmoción en la comunidad y mantiene en alerta a las fuerzas de seguridad, mientras la investigación judicial avanza para esclarecer lo sucedido y dar con todos los responsables.