El sector agropecuario estalló contra el Gobierno de Javier Milei y el ministro Luis “Toto” Caputo, tras la implementación de un esquema de retenciones cero que, según denuncian, favoreció exclusivamente a las grandes cerealeras. En apenas 72 horas, once empresas liquidaron USD 7.000 millones, dejando fuera a los productores que no lograron acceder al beneficio.

La medida, presentada como un guiño al campo, terminó generando un fuerte malestar entre las entidades rurales. Desde la Federación Agraria Argentina (FAA) señalaron que “el grano ya estaba en manos de los exportadores” y que “el campo la vio pasar”, aludiendo a un acuerdo cerrado entre el Gobierno y las cerealeras antes de anunciar el decreto.

Entre las firmas beneficiadas figuran gigantes como Bunge, LDC, Cofco y Cargill, que h

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