En un movimiento estratégico que redefine el tablero de la conectividad global, Rusia anunció el lanzamiento de su propio servicio de Internet satelital para competir directamente con Starlink, la red de SpaceX liderada por Elon Musk. El plan, bautizado como Proyecto Rassvet, forma parte de una ambiciosa iniciativa estatal para lograr soberanía tecnológica en comunicaciones orbitales.

La constelación rusa será desarrollada por la empresa Bureau 1440, con el respaldo de la agencia espacial Roscosmos. Se prevé el despliegue de 292 satélites en órbita terrestre baja para 2030, con una inversión estimada de 445 mil millones de rublos (unos USD 4.800 millones). El servicio comercial comenzaría en 2027, tras pruebas exitosas de transmisión láser entre satélites a velocidades de hasta 10 Gbps.

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