“La máquina de marketing de Marvel funciona: quieren poner un artista en el foco y lo consiguen”, reconoce Natacha Bustos, dibujante de cómics nacida en Ibiza y que cuenta con una reconocida trayectoria en esta editorial norteamericana gracias a series como Moon Girl o Dinosaurio Diabólico. “Lo positivo es la visibilidad que te da estar ahí. Lo malo es que puede ser agobiante en según qué situaciones”, añade. Bustos se refiere a la dificultad de terminar un cómic al mes, unas 20 páginas en el mercado estadounidense, algo a lo que “mucha gente no llega”.

Carmen Carnero, que ha dibujado para Marvel o DC Comics, confirma lo que supone trabajar para estas grandes editoriales: “Te ponen en una diana y de repente adquieres una gran proyección pública, pero hay que echarle muchas horas; y cuando

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