Es muy conocida la importancia que tiene para los espectadores de los partidos de béisbol hacerse con las pelotas que son bateadas a la grada, lo que se llama home-run o jonrón y que permite al bateador anotarse una carrera sin oposición.

A veces, estas pelotas pueden ser muy valiosas si el jonrón es importante. Es lo que pasó este jueves en el partido entre los Seattle Mariners y los Colorado Rockies, en casa de los primeros.

El bateador local Cal Raleigh logró durante el partido su 60º jonrón de la temporada. La valiosa pelota con la que lo consiguió cayó en las manos de un fan de Seattle, Glenn Mutti-Driscoll.

Pero pese al valor de esa pelota, Mutti-Driscoll tomó una insólita decisión: se la regaló a Marcus Ruelos, el niño de 12 años que estaba a su lado en las gradas del T-Mobile Pa

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