El resultado de la última licitación que permitiera la operación de la Zona Franca Palmaseca arrojó una luz al final del túnel.

Fueron seis intentos previos del Gobierno Nacional para adjudicarla, con el fin de poner en marcha un canon de arrendamiento al operador privado en este predio ubicado en el municipio de Palmira, en el sur del Valle del Cauca.

Las anteriores licitaciones habían sido declaradas desiertas, pues empresarios en el Valle del Cauca y en el país consideraban que las condiciones propuestas en un comienzo por el Estado para continuar con el arrendamiento no eran viables, poniendo en riesgo unos 7.000 empleos, entre directos e indirectos, generados por alrededor de 30 empresas.

Gremios habían planteado que ese arrendamiento inicial para la operación representaba aumentos

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