Comúnmente, la soledad es el aislamiento de los demás. Así entendida, conlleva que nuestro pensamiento como orden y medida de todas las cosas nos lleve ante situaciones en que existe una pérdida de sensibilidad por nuestro modo de pensar que, de alguna manera, queda desvirtuada por opiniones sobre cosas sin garantía ni validez; asimismo, ideas sobre cosas que, posiblemente, no conocemos, sino las imaginamos, con independencia del objeto que nos hace creer en ellas, aunque sean falaces y nos lleven a algo que no está presente, palpable, procedente de la experiencia, que a veces nos juega una mala pasada cuando son fantasías.
No hablamos de una pérdida de la sensibilidad ante lo que nos rodea, sino de la indiferencia de los que nos observan, salvo los supuestos de los autosuficientes que co