Las tablets de 10, 11 e incluso 12 pulgadas siguen siendo el comodín perfecto entre el móvil y el portátil: ligeras para llevarlas por casa, suficientes para estudiar, trabajar ligero o ver series sin dejarte la vista. Su fuerte no es sustituir al ordenador, sino resolver lo cotidiano con menos fricción: abrir el correo, tomar apuntes, tirar de apps educativas, videollamar o entretenerse en el sofá.

En este formato, lo que de verdad marca la diferencia es el equilibrio: una pantalla agradable que no fatigue, buen sonido para no depender siempre de auriculares, autonomía que no te obligue a vivir junto al enchufe y una potencia solvente para mover apps de uso diario sin microparones. Si además el sistema viene afinado y la construcción es sólida, tienes una compañera de batallas para años.

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