Estos presentes representan la historia, la identidad y la lucha de los pueblos originarios, y fueron concebidos como un gesto de gratitud y compromiso con un México más justo e incluyente. Cada pieza fue realizada con manos que tejen cultura, esperanza y dignidad, compartiendo con la presidenta un símbolo vivo de las raíces que fortalecen a nuestra nación.

Entre los obsequios destacan:

Traje morado con zigzag blanco, vestimenta de gala que simboliza la esperanza y la lucha feminista por un futuro libre de violencia para todas las mujeres.

Canasta mediana de pino con tapadera, útil para tortillas, semillas o pertenencias, que representa el cuidado y la preservación.

Canasta de hojas de pino adornada con florecita, reflejo de la sencillez y belleza de la vida comunitaria.

Canasta para

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