Hay palabras nuevas o adaptadas que se instauran con urgente pertinencia en los glosarios de las comunidades y los países. Se vuelven parte de sus vidas, de su entorno, de la forma en que ven y vemos el mundo.
Hace casi 100 años, para una comunidad indígena totonaca en la costa este de México, en el estado de Veracruz, esa palabra fue ixchalatiyat, que significa “el aceite extraído del corazón de la tierra”. Petróleo.
En el epílogo de la década de 1920, se encontraron reservas de este líquido en Poza Rica y sus alrededores, incluida la región indígena del Totonacapan, en donde hoy vive el activista Omar Lázaro García. Para cuando García nació, Poza Rica ya era apodada la “capital petrolera” del país.
García escribe en un ensayo de opinión, con fotografías de Manuel Bayo Gisbert, su hist