Malos tiempos para quienes nos creemos el funcionamiento del Estado de Derecho sobre normas preestablecidas. Viejo dogma. Se llama “imperio de la ley” y lo aprendimos de Roma. Jugar sin reglas es un camino seguro hacia la arbitrariedad, por lo bajo. A la tiranía, por lo alto. Pero tomarse en serio
¿Inmunidad para Begoña?

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