El viernes no fue uno más en La Casa de los Famosos . Desde temprano se anunció la llegada del esperado Grand Prix , la dinámica que podía cambiar el rumbo de la temporada .

El jardín se transformó en un tablero gigante con seis líneas de colores , semejantes a toboganes, cada una asignada a un habitante.

Alexis en rojo, Aldo en verde, Aarón en azul, Dalila en naranja, Abelito en amarillo y Shiky en morado . La misión era clara: alcanzar primero diez casillas para convertirse en finalista .

La Jefa explicó el mecanismo: un dado especial, con seis caras de colores, sería lanzado por un tobogán rojo . El color que apareciera haría avanzar la línea correspondiente .

El azar mandaba . No importaba quién lanzara: cada tiro podía favorecer a cualquiera de los competidore

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