CNN —
Sin disparar un tiro, el presidente de Rusia, Vladimir Putin, ha conseguido durante la última semana acercar la guerra en Ucrania a millones de europeos que en gran medida no se han visto afectados por el conflicto.
Y no empezó con una explosión, sino con un gemido.
Como dijo la primera ministra de Dinamarca, Mette Frederiksen, a los ansiosos daneses el jueves por la noche, después de que los drones causaran importantes perturbaciones en varios aeropuertos, Europa debería ver “los ataques híbridos más violentos y frecuentes como una nueva realidad”.
Pero Frederiksen no citó a Rusia como el culpable directo —quizás las pruebas sean insuficientes hasta el momento, o atribuir la culpa alimenta demasiado los objetivos de Moscú—, sino como la principal amenaza para Europa.