Como nunca antes, la 80ª Asamblea General de la ONU en septiembre de 2025 se transformó en un tribunal donde líderes mundiales cuestionaron sus logros, pertinencia y capacidad para garantizar la paz. Fundada en 1945 para evitar guerras y fomentar cooperación, hoy enfrenta descrédito por burocracia ineficaz, palabras vacías y fallos en resolver conflictos. Este quiebre expone las fallas del multilateralismo globalista y reconfigura el poder mundial, donde naciones soberanas toman las riendas. Para México, es una alerta: dejar de divagar en periferias y alinearse con un nuevo orden que priorice soberanía y paz interna.
El epicentro de críticas fue Donald Trump, quien en su discurso del 23 de septiembre no escatimó en señalar deficiencias de la ONU. Denunció que ofrece “palabras vacías” mien