En los últimos años, las biografías y documentales de famosos dejaron, de a poco, de ser homenajes complacientes. El público ya no busca simples repasos cronológicos ni retratos pulidos: quiere verdades incómodas y confesiones que saquen de la zona de confort tanto a los protagonistas como a quienes los rodearon. Por lo tanto, en la actualidad, la tendencia a desarmar el mito para mostrar la carne viva -como la de Charlie Sheen - se impone en plataformas de streaming.
Si bien esto se vio en varias producciones, como la biopic de Robbie Williams o la de Elton John , donde ambos artistas decidieron mostrar sus costados más oscuros y su relación con las adicciones, la acidez de las apuestas audiovisuales sobre las vidas de figuras públicas se eleva cada vez más. Y nada mejor par