En tiempos en los que abundan los locales modernos y las cartas llenas de fusión, hay restaurantes en Navarra que mantienen viva la cocina de casa, la de toda la vida. Esos platos que huelen a guiso recién hecho, que recuerdan a la mesa familiar y que no necesitan artificios para conquistar.
Uno de esos sitios ha sabido resistir al paso de las décadas con un menú que combina abundancia, sabor y precio ajustado. Allí no hay raciones mínimas ni postres industriales: todo es casero, generoso y preparado con mimo. El secreto está en cuidar los detalles, elegir buen género y no escatimar, junto al Camino de Santiago. • La quesería de un pueblo de Navarra que organiza visitas para conocer su producto y se han convertido en un éxito
Ese lugar es el restaurante Lara, ubicado en el polígono ind