Querido lector: he tenido la inmensa suerte, tras varios años de cuarentena (parte por decisión propia, parte no), de salir de mi Buenos Aires querido y conocer (porque no conocía) la inmensidad maravillosa, la espléndida majestuosidad –y temo quedarme corto– de la hermosísima ciudad de San Martín de los Andes. Si usted cree que exagero, es porque nunca estuvo allí. En tal caso lo/la disculpo, aunque para asegurar su perdón podría decirme que le gustaría/planea/ imagina/ desearía/espera poder, en tiempos mejores, darse una vueltita.
San Martín de los Andes queda al sur de la provincia de Neuquén, o sea en la Patagonia, o sea en la República Argentina, o sea en nuestro país. Y cuando digo “nuestro” me refiero a usted, a mí y a todos/as los hombres y mujeres de bien que deseen habitar el su