Javier Milei parece haber renacido después de su viaje a Nueva York. Recibió un respirador artificial de Donald Trump y un abrazo protector nada menos que del primer ministro de Israel , Binyamín Netanyahu , en un momento en que Europa avanza en el reconocimiento del Estado palestino. Se lo notó sonriente, eufórico y convencido que Argentina forma parte de un nuevo triángulo global que integra a Washington y Tel Aviv . Más eufórico que de costumbre y más ultraderechista que nunca, Milei no tiene sin embargo mucho tiempo a su favor: se juega a todo o casi nada en las elecciones parlamentarias del 26 de octubre.
Trump acudió a auxiliarlo cuando la posibilidad de una suspensión de pagos de los intereses de la deuda externa rondaba a la vuelta de la esquina de la sede p