Tras varios meses de monitoreo en la zona del cerro Dedo Gordo, cerca del río Blanco en El Bolsón, donde se había detectado un incendio subterráneo con presencia de carbón mineral en combustión, un informe preliminar del Servicio Geológico Minero Argentino (Segemar) llevó tranquilidad a las autoridades de Río Negro: ya no hay señales de actividad ígnea.
“Luego de que el Splif de El Bolsón identificara algunas emisiones de humo en un área de la cuenca del Ñirihuau afectada por el incendio de febrero, desde la Secretaría de Energía y Ambiente solicitamos diversos estudios técnicos”, explicó Judith Jiménez, titular de la Secretaría de Ambiente y Cambio Climático.
El foco subterráneo se mantenía activo desde el incendio del 30 de enero que afectó la zona de Confluencia, con un saldo de 3.83