Por Luis Bruschtein

El femicidio de tres pibas pobres conmovió al país y no pudo evitar encuadrarse en la crisis económica, social y política. “El antifeminismo de Estado y el ajuste son letales” dijo el comunicado de Ni Una Menos. En esa conjunción, el colectivo de mujeres sintonizó con otros colectivos dañados de manera cruel por las políticas oficiales, como los jubilados, los niños enfermos, los pacientes de salud mental, los discapacitados o los enfermos de cáncer. Y no resulta casual, porque esa lista enumera a los sectores más vulnerables que requieren respaldo, contención, reconocimiento y que este gobierno abandonó a la intemperie.

No se trata de caranchear sobre un hecho abominable. Pero el crimen tiene un contexto social y de género que no se puede ignorar. En ese sentido es u

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