La publicidad, como disciplina, depende en gran medida de comunicar correctamente, y en ese sentido la inteligencia artificial se ha convertido en una herramienta poderosa, pero también compleja. Un mismo prompt puede generar resultados muy distintos según el modelo de IA que se use, lo que obliga a los diseñadores a apoyarse en software como Photoshop para garantizar un resultado coherente y controlado. Más allá de la tecnología, lo que marca la diferencia sigue siendo el criterio del profesional y su capacidad para transformar esos insumos en piezas efectivas.
El futuro del fotomontaje publicitario parece orientarse hacia una integración natural entre inteligencia artificial y herramientas de edición tradicionales. Los creativos que sepan equilibrar el dominio de prompts, el ojo visual