El Museo de Arte Moderno de Medellín enfrentó un intenso debate luego de intentar vender dos obras emblemáticas de Débora Arango: Madona del silencio (1944) y Rojas Pinilla (1953-1957). Aunque el museo justificó la medida alegando problemas financieros y falta de espacio, las críticas fueron contundentes, aludiendo a que estas obras fueron donadas irrevocablemente y declaradas de interés cultural, lo que impide su venta.
El Ministerio de Cultura intervino rechazando la venta y recordó que el patrimonio donado con ese estatus tiene protección legal especial. Este episodio pone al descubierto el estado de precariedad económica que atraviesan muchas instituciones culturales en Colombia. Artistas, gestores culturales y ciudadanos advierten que sin un marco normativo más fuerte —como una l