El Gobierno federal alemán se ha dado hasta fin de año para resolver sus diferencias con Francia en el programa del Sistema Aéreo de Combate del Futuro (FCAS, por sus siglas en inglés) que ambos comparten con España y cuyo objetivo es desarrollar un nuevo cazabombardero europeo. El ambicioso programa está dotado con un presupuesto de 100.000 millones de euros y debe servir para sustituir tanto a los Eurofihgter que poseen Alemania y España como los Rafale franceses que construye Dassault Aviation.El canciller alemán, Friedrich Merz , considera inaceptables las pretensiones industriales del fabricante francés y estaría considerando la búsqueda de socios alternativos, para lo que habría mirado hacia el Reino Unido, que también es socio en el Eurofighter, o incluso Suecia, que es de los pocos

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