El Gobierno de los Estados Unidos anunció el lunes último un importante cambio de rumbo en materia de autismo. El presidente estadounidense Donald Trump se presentó junto al secretario del Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS), Robert F. Kennedy, Jr., el director de los Institutos Nacionales de Salud (NIH), Jay Bhattacharya, el comisionado de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA), Marty Makary, y el director de los Centros de Servicios de Medicare y Medicaid (CMS), Mehmet Oz, para esbozar un plan interinstitucional que trata el autismo como “una crisis de salud pública urgente y manejable”, y no como una fábrica de becas de por vida para los investigadores.
“El paquete es radical. Eleva las exposiciones medioambientales y farmacéuticas a cuestiones de investigación