Si usted googlea un tema de seguridad en Puerto Vallarta, el punto de playa más visitado en Jalisco, se dará cuenta que no hay recuento de asesinatos, feminicidios, desapariciones forzadas o reclutamiento; Vallarta está exenta de lo que padece buena parte de la entidad en la que se fundó el cártel de narcotráfico que actualmente es el más poderoso del país.
Es raro, puesto que al buscar en redes sociales o en Google “Guadalajara asesinatos” se despliega una larga lista de escenarios cruentos de última hora. Al revisar en internet los casos de delincuencia en esta ciudad, gran parte de ellos corresponden a años anteriores. El contraste es evidente.
La pregunta surge inevitable: ¿qué hace que Puerto Vallarta se sienta como un oasis seguro dentro de un estado marcado por la violencia? Lo ci